Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
Retorna tanto como quieras que aquí me tendrás manando recuerdos.


viernes, 30 de diciembre de 2016

Bitelchús en Horna.


¡¡Terror!! ¡¡Miedo!! ¡¡PÁNICO!! Ruidos en la noche cuyo origen es desconocido. No, no es un caso de Iker Jiménez –aunque podría haberlo sido- sino que es un caso más próximo a “The Twilight Zone” (“La hora crepuscular” o, entre nosotros, “La Dimensión desconocida”).

Casa Bocarredo (Google)

Viajemos en el tiempo y en el espacio en busca de este espanto. ¡Saltemos! Bienvenidos al año 1956. Estamos en los primeros días de agosto, o quizá en los últimos de Julio, junto a los habitantes de la casa llamada Bocarredo, situada junto a la estación del Santander-Mediterráneo, en Horna. Es aquél lejano “año del frío” en que una ola siberiana (Enviada por Moscú, seguro) congeló hasta los olivos españoles.

Cadillac de los Cazafantasmas

Atardece pero las cuatro familias que residen en esta casa están intranquilas: han empezado a escuchar ruidos nocturnos de extraña procedencia que no les deja dormir. Son golpes fuertes y secos que se repiten a intervalos durante la noche. ¿Serán fantasmas? ¿Duendes? ¿Quién puede tener la respuesta? ¿Quién les puede ayudar?

Evidentemente se recurrió a individuos sobradamente preparados para enfrentarse a estos dilemas. Pero como Peter Venkman, Ray Stantz y Egon Spengler, los cazafantasmas, todavía no estaban en activo se reclamó a los más castizos Guardias Civiles. Allí se presentaron el teniente jefe del puesto de Villarcayo junto a algunos números (agentes).

Los Cazafantasmas

Investigaron. Y concluyeron: RATAS. Y ratas de buen tamaño. Todo era debido a la configuración de la casa que poseía amplios sótanos y con un almacén de trigo adherido al edificio. ¿Y podían hacer esos roedores tanto ruido? Los hombres de la benemérita institución arguyeron que era posible por la acumulación de trastos almacenados en muchas de las dependencias de la casa, por el hecho de que el edificio era de bloques de cemento y por la configuración de los sótanos del inmueble.

Caso cerrado. Claro que pensar que las ratas pudieron ser los autores de este expediente “clarísimo” de poltergeist es fiarse mucho de la naturaleza cuando, todos lo sabemos, duendes, trasgos, fantasmas y aparecidos existen. Y, cuando no, se les ayuda.

Teniente de la Guardia Civil (1943-1958)

La casa era propiedad de Paulino Varona, o Angulo, que ocupaba una de las viviendas teniendo las otras tres arrendadas. Cuando surgieron las quejas, la hija del arrendador, doña Concepción Varona, vio una posibilidad de cambiar los inquilinos por otros mejores o de tener los pisos libres. Se le ocurrió ampliar los ruidos producidos por las ratas. Así, de madrugada, y armada con una barra de hierro golpeaba las chimeneas produciendo terribles ruidos que, convenientemente espaciados, aterraban a los convecinos. La Guardia Civil detuvo tanto al padre como a la hija.

Pero mucha gente de la zona insistía en que los ruidos continuaban. Es decir, que creían que verdaderamente había fantasmas. Durante cierto tiempo fue una atracción y se acercaban gentes de Villarcayo, de sus contornos y veraneantes para intentar escuchar los misteriosos ruidos. Se decía que podía haber aguas subterráneas o qué sé yo. Lo cierto es que la casa hoy es una ruina.

Agente Guardia Civil (1943-1973)

De niño había escuchado a mi padre la historia de esta casa cuando, paseando con él en bicicleta, me contaba que esa casa se abandonó porque tenía fantasmas. Pero me he acercado a esta leyenda a través de una columna del periódico “Imperio”. Este fue un diario distribuido en Zamora entre el 29/10/1936 y el 09/06/1963 que pertenecía a la Falange Española de las J.O.N.S. como parte de la red de periódicos del Movimiento Nacional.


Comenzó llamándose “Imperio: Diario de Zamora de la Falange Española de las J.O.N.S.” y era una publicación de ámbito local-provincial con edición diaria. En su último número se explicaba que el día 11 de junio se fundía con “El Correo de Zamora”.

Bibliografía:

Periódico “Imperio”.


Dedico esta entrada al gran Jesús M. , prolífico autor, enorme curioso e incansable trabajador que ha disfrutado la gloria y las miserias de esta tierra nuestra desde aquel... desde hace mucho.  


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