Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
Retorna tanto como quieras que aquí me tendrás manando recuerdos.


domingo, 7 de diciembre de 2014

"Querida Isabel: Cartas desde el frente."


"Querida Isabel:

No sé donde me he metido, algunos días me despierto y todavía no me creo que me haya metido en esta aventura, ya sé que no estás muy contenta con ello, pero no podía ser el único de los de mi quinta en el pueblo que no se apuntase, además seguro que esto dura bastante poco. Todo cuanto oímos nos hace ver que esto se solucionará en cuestión de días.

Creo que tus lágrimas eran exageradas y seguramente innecesarias, pronto nos reiremos de ello como una anécdota, ya lo verás. Lo más probable es que esto se solucione sin la fuerza, los que vinieron al pueblo pidiendo voluntarios lo dejaron claro, lo importante es conseguir un gobierno que elimine la corrupción y que sea lo suficientemente estable que es algo que probablemente afecte más a las ciudades. En Melgar no creo que hubiera demasiados problemas.

Sí que es cierto que cuando llegamos a Burgos, todo estaba muy militarizado. Hay un enorme movimiento de gente, muchos potenciales soldados y todavía no está claro hacia donde nos mandarán.

Sé que Robertín echará de menos a su padre, hasta ahora no había pasado más de un par de días sin él cuando me tocaba ir hasta Burgos a resolver algunos papeles del ayuntamiento en las dependencias de la Diputación, dile que cuando vuelva jugaré con él y que le quiero mucho.

Te quiero

Marco"

Esta es la primera carta de la novela "Querida Isabel: cartas desde el frente" escrita por Aitor Lizarazu Pérez, de Villavés, al que le he pedido que la presente a los lectores de este humilde blog y a quién cedo la palabra (o la letra):

Lebato me ha indicado que le haga una pequeña entrada sobre mi novela, al fin y a la postre parte de la trama transcurre en Las Merindades. Es un trabajo histórico, sí, pero en esta ocasión hay una historia, valga la redundancia, que la gente puede seguir, personajes con los que poder empatizar y una perspectiva que pocas veces se valora.

Sé que lanzar mi primera novela con la controvertida Guerra Civil parece, al menos, ambicioso, o demasiado pretencioso, pero lejos de querer frivolizar con la política he querido dar un trasfondo humano a una situación desagradable. Podría haberme dirigido a otro lado, haber puesto mi mirada en cualquier periodo, pero mis estudios recientes y mis vagos conocimientos me servían para dar una forma a un relato.



Hay quien dice que es una experiencia realista, de hecho hubo gente que pensó que eran cartas verídicas, que mi mente no podía tener tanta imaginación y que debía haber plagiado a un imaginario Marco...

Porque así, Marco, se llama el personaje. Este el verdadero protagonista de la novela, alguien que entra en la Guerra Civil y que mantiene un contacto constante con su esposa, Isabel, desde el frente. Curioso ¿verdad? La novela se llama “Querida Isabel: Cartas desde el frente”, lo cierto es que ¿para qué complicarlo más?

¿Qué quería contar? ¿Cuáles son mis pretensiones? De alguna manera solo quería concentrar muchas ideas que se me agolpaban en la cabeza, de tal forma que escribir la trama reconozco que fue algo muy sencillo, depurarla, corregirla, darle brillo fue una labor tediosa, aburrida y que me ha llegado a desvelar. Sin embargo, el resultado ha merecido la pena. Sé que no soy objetivo, que yo no puedo criticar mi trabajo, pero en general no soy yo el que ha opinado sobre ella, he dejado que algunos, pobres incautos, fuesen los que leyesen, los que me devolviesen a la realidad con sinceridad, de hecho prefiero esa verdad aunque dolorosa, que una mentira piadosa, y uno tras otro me iban felicitando.

Quizá no esperaban que les gustase y encontrar una trama imprevisible les llamó la atención. Es evidente que cada persona tenemos nuestra opinión y arrastramos un tirano en nuestro interior que nos dice que las cosas podrían ser de otra forma pero al final he intentado aunar, recoger todas las ideas de la gente, sus consejos, sus mejoras para hacer una modesta novela que solo pretende entretener y es que esa es mi pretensión final, que la gente pase un gran rato leyendo. Ojalá, consigas disfrutarla tanto como yo lo hice al escribirla.

Este trabajo surgió espontáneamente como si el destino realmente existiera, cada vez que soñaba con escribir una novela, no conseguía encontrar un tema y cuando lo encontraba no conseguía concluirlo… resultaba frustrante. De repente comencé a conocer a varias personas y cada una de ellas empezó a darme piedras con las que conseguí construir un pequeño muro. Una idea general y de la noche a la mañana surgió la chispa. Ésta junto a mis experiencias hicieron que todo fluyera.

La inspiración, que aparece y desaparece al antojo de estas musas permaneció el tiempo suficiente para dejarme hilvanar la trama completa y sentir que podía dejársela leer a terceros. Tuve miedo, no lo niego, me daba pavor que la gente sintiese que había perdido el tiempo, me había esforzado para ajustar la realidad con la ficción, que algunos de mis familiares encajasen y volviesen temporalmente a la vida. Rápidamente pude estar conectado al personaje, Marco era alguien humano, un tipo de persona que todo el mundo querríamos tener a nuestro alrededor.



Ahora que por fin la novela está terminada, me ilusiona. No es el primer trabajo, pero sí es la primera vez que hablo de sentimientos, de pensamientos, de reflexiones y cuenta la vida de personas desde una perspectiva diferente, algo con lo que el lector pueda emocionarse, con lo que se pueda comprender mejor la realidad de una época, la Guerra Civil, realmente cruda. He confiado que la historia resulte entretenida y que como dice la frase hecha, el personal espere lo inesperado y que más allá de ese sendero el regusto final sea agradable.

Sé que no soy el único que lo intenta y que la oferta de libros es grande, pero “Querida Isabel: Cartas desde el frente” posee el amor a la tierra de los padres -Melgar de Fernamental-, la guerra civil sin acritud, la lealtad de los compañeros, el reconocimiento de uno mismo en el otro y amor, infinito amor de un padre hacia su esposa, sus hijos, sus amigos...

¿Página de Facebook? Pincha aquí


Puntos de venta:

Librería Rojo (Villarcayo)
Librería Garabatos (Medina de Pomar)
Librería Mari Carmen (Espinosa de los Monteros)
Librería El Espolón (Burgos)
Librería Hijos de Santiago Rodríguez (Burgos). 
Librería El Kiosko (Villasana de Mena)
Bar Estación (Pedrosa de Valdeporres)
Milo´s en Baracaldo (C/ Merindad de Uribe)
Librería Maruri (Balmaseda)
Librería Calixto (Melgar de Fernamental)
Librería Tintas (Bilbao)







No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, tenga usted buena educación. Los comentarios irrespetuosos o insultantes serán eliminados.