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sábado, 22 de febrero de 2014

Peñalba de Manzanedo: Siempre al sol.

Peñalba es pequeña. La "Peña el Picu", un espolón calizo, le protege de los nublados procedentes del norte. Son una docena de casas, algunas con pajares. Su situación en las estribaciones orientales de la Cordillera Cantábrica, en la cuenca del alto Ebro, una particular orografía y su orientación hacia el Sur configuran el clima, la vegetación y su entorno. Ya saben: inviernos fríos y largos, clima continental. Gracias al Ebro y su afluente el Trifón posee unas mañanas con nieblas que se disipan con el sol. Si se quiere disfrutar de ellas basta con atravesar el pasadizo de acceso a las eras (fuera del pueblo y abiertas hacia el Ábrego) y, ya levantadas, perder la mirada hasta encontrar las ruinas del castillo de Arreba.
 
 
 
Pero vayamos a la historia. ¿Desde cuándo existe Peñalba, Peñalva o Penna Alva? Desde hace mucho. Su nombre aparece en el libro "Becerro de las Behetrías de Castilla". Les comento que una Behetría es una población cuyos vecinos, como dueños absolutos de ella, podían recibir por señor a quien quisiesen.
 
Se han localizado restos neolíticos (dólmenes), de la edad del hierro, romano o tardoromano (Torcularium) y altomedieval. Vemos que el ser humano ya vivía por la zona, lo que para algunos autores daría lugar, durante la Alta Edad Media, a aldehuelas en torno a pequeñas iglesias y monasterios. Se ha llegado a pensar que en la iglesia se conservan restos de un primitivo templo prerrománico. Esta iglesia, de nave rectangular, tiene la cabecera hacia el Este. La puerta de acceso, que se abre en la fachada Sur, forma un arco ligeramente apuntado con arquivolta e impostas bastante marcadas de estilo gótico.
 
La iglesia esta bajo la advocación de la Asunción de Nuestra Señora y conserva algunos canecillos y otros elementos que han sido catalogados como "mozárabes". Aparte de estos elementos aislados y reutilizados que podrían datarse entre los siglos X y XII, las partes más antiguas del edificio actual, como el ábside recto y la típica espadaña rematada a piñón con dos grandes vanos para las campanas, podrían ser de los siglos XIII o XIV y se encuentran construidas en un estilo románico muy popular.
 
En el lateral de la espadaña, apoyado directamente en un rebaje del plano inclinado de su primer cuerpo, está el reloj de sol. El sillar ha perdido la parte superior y dos grandes grietas lo atraviesan en diagonal. Parte de la inscripción de la fecha todavía es visible en la pequeña porción de la banda superior que se conserva junto al orificio de la varilla. En antiguas fotos aparece el sillar, o al menos lo parece, completo. La traza es de ángulos iguales. La numeración arábiga ha desaparecido en la zona erosionada. Se leen las horas de las 8 a las 2, las 3 se adivinan bajo el negro de los líquenes. Conserva la varilla de un solo apoyo, sujeta con plomo y próxima a desprenderse (si no lo ha hecho ya). Estuvo pintado de almagre.
 
Junto a la iglesia se descubrió una tumba antropomorfa excavada en la roca, siendo posible que no fuese la única lo que podría apoyar la idea de un templo anterior al actual. Estas necrópolis, como Peña Horrero, son muy comunes en Las Merindades.
 
 

Iglesia de Peñalba de Mazanedo, espadaña y reloj de sol
 
Comentábamos que Penna Alva figuraba en el “Becerro de las Behetrias”, llamado así por el material sobre el que está escrito, mandado hacer por el rey Pedro I de Castilla (1350-1366) para inventariar los “señoríos de behetría” existentes en Castilla. Surge en las Cortes de Valladolid de 1351, cuando el estamento de los hidalgos solicitó al rey la desaparición de las behetrías mediante su conversión en tierras solariegas. El libro servía para saber que y quién cobraba rentas.
 
Nos dice que es de don Pedro Fernández de Velasco y de don Lope García de Porres y que hay un solar yermo y derechos del monasterio Santa María de Rioseco. (Inocencio Cadiñanos Bardecí, en su obra sobre el monasterio de Rioseco, dice que Santa María de Rioseco poseía un solar en Peñalba y que cobró rentas en los años 1554, 1600, 1650 y 1700).
 
Sobre la entrega, al monasterio parte de lo producido en un solar del pueblo y, añaden, cuatro almudes de pan, medio trigo y medio cebada, y ocho maravedíes en metálico. Subraya que a doña María le da cada villano e hidalgo según hayan acordado.
 
Y, ¿esta María quién es? Quizá fuese María Díaz de rueda que figura en una carta de donación de su hija pocos años después del becerro, en 1375. La donación la hace por su alma y la de sus parientes y al parecer en compensación por ciertos daños que ella y su marido hicieron al monasterio y a sus vasallos:
 
“Sepan quantos esta carta vieren como yo dona Juana, fija de Maria Diaz de Rueda e mujer de Dia Sanchez de Bustamante que fue, otorgo e connosco que vendo e do a vos el abat e al conuento del monesterio de Sancta Maria de Ryo Seco lo que yo heredo e deuia heredar en Pennalua e en Cueua, todo assy como a mi pertenesçe e mas la quarta parte del solar de Canpo que yo he en Vilasopliz e mas lo que yo he en Sant Martin del Rojo. Et esto todo vos lo entrego e me desapodero dello del dia de oy que esta carta es fecha assy como lo yo heredo o deuia heredar de parte mi madre Hurraca Lopez de Ryomolino, de la piedra del ryo a la foia del monte, e con todas sus pertenençias assy como a mi pertenençen o deuian perteneçer. Esto vos lo do por la mi alma e de mi padre e de mi madre e Gonzalo Diaz mi fiio e de Dia Sanchez mi marido, que Dios perdone, por danos e menoscabos que fiçimos en el monesterio e en sus vassalos yo e Dia Sanchez. E ruego al abat e al conuento que nos perdone e que esta renta que se leuantare destos solares sobredichos sean para pitança para el conuento por nuestras almas e ellos que sean tenidos de rogar a Dios por nuestras almas e esta pitança que se de a dia de San Lucas euangelista, en cadano e para siempre jamas e yo la sobredicha donna Johanna otorgo que ovi postura e toue carta de condiçion de los sobredichos abat e conuento de Santa Maria de Rio Seco e seello con su sello en que deçia que yo que leuasse en mios dias las rentas e derechos e pertenençias a estos solares sobredichos e yo la dicha donna Johana veyendo que era peligro de la mi alma, soltre estos rentas destos solares e estos solares sobredichos para siempre jamas e que lo ayades por juro de heredat. Penna Alua”
 
Sigamos, al rey, parte importante en el becerro, se le pagan solamente monedas y servicios.
 
Con relación a los derechos de los señores en Peñalba, consta que don Pedro Fernández tenía derecho a dos almuces de pan, medio de trigo y medio de cebada, y cuatro maravedíes en metálico. De otro solar, junto a su hermana, recibe otros dos almudes de pan, igual proporción, y seis dineros. A los hiios de Ruiz Sánchez, por otro solar, por infurción, dos almudes de pan y cuatro maravedíes en metálico. A Lope García, por otro solar, siete cuartas de pan, cuatro de cebada y tres de trigo.
 
Aunque en la copia consultada estas referencias surgen de una nota que nos deriva de Peñalba a “Villa mosa” que pertenecía a Santa Clara de Medina de Pomar y a doña María, hija de Sancho Sanchez (que no Fernández). En fin, lo importante en esta entrada era reflejar que ya estaba poblado Peñalba hacia el 1300.
 
Avancemos hasta la época de La Ilustración, accedemos al catastro del Marqués de la Ensenada. Este fue un documento registral cuyo funcionamiento estaba reglado y pautado para conseguir unas respuestas homogéneas.
 
Primero se procedía a la elección de representantes del concejo o ayuntamiento (lo hacían el alcalde y los regidores) que responderían al interrogatorio y dos o más peritos entre las personas que mejor conociesen las tierras, frutos y, en general, todo lo referente al lugar.
 
Después el Intendente, o en su representación un Juez delegado, que en nuestro caso fue don Felipe López, iba acompañado de un asesor jurídico, un escribano y los operarios, agrimensores, escribientes y demás dependientes que considere necesarios para acudir a cada pueblo de la provincia. Mandaba citar al alcalde (a la sazón don Esteban Ruiz), peritos –generalmente forasteros- (Bernabé Gil y Simón González que eran vecinos de Cueva) y al cura párroco que les tomaría juramento (el de Peñalba era don Santiago de la Peña), para un día, hora y lugar determinados.
 
Llegado el momento, se daba comienzo al Interrogatorio, recogiendo el escribano las respuestas literales dadas por el concejo y los peritos. Podía suspenderse el interrogatorio un tiempo, a condición de hacerlo con reserva, justificación y brevedad para recopilar los datos que no se tuviesen en el momento. Finalmente, las autoridades y testigos firmaban el documento, a excepción del cura párroco.
 
Centrándonos ya en Peñalba vemos algunas curiosidades:
  • En la pregunta referida a la existencia de ganados en el pueblo –que nos dice muchos sobre la riqueza de los residente –dice que hay bueyes de labranza (¿cuantos?), una vaca y una novilla.
  • Que hay cuatro vecinos (entiéndase como cabezas de casa con sus criados y parientes) y no hay casas de labor ni alquerías, lo que hoy entendemos como granjas. Relata que de las casas del pueblo hay cuatro habitadas y ocho arruinadas.
  • Que es lugar de realengo.
  • No había ni tabernas, ni mercado, ni panadería, ni hospitales, ni mercader al por mayor, ni…
  • Pero consta un Blas de la Serna como cantero durante 180 días al año, Juan Bueno como tejedor. El resto de vecinos serían agricultores.
  • ¡Y posee una pobre de solemnidad! Que se llamaba María Martínez.
  • Se indagó también sobre los mayores de 18 años y menores de 60 años. Se ajustaba a ello el Labrador Esteban Ruiz. Identifican a otra persona, Francisco Sainz, que sobrepasa el límite marcado y que estaba impedido.
Es decir, los cuatro vecinos de derecho que tenía Peñalba de Manzanedo en 1752 eran: Blas de la Serna, Juan Bueno, Esteban Ruiz y Francisco Sainz. Y que no era un pueblo rico, más bien lo contrario.
 
Tras el trienio liberal tenemos la descripción, escueta, de Peñalba que recoge el “Diccionario Geográfico-estadístico de España y Portugal” (1826-1829) del doctor don Sebastián de Miñano y Bedoya (1779-1845), individuo de la Real Academia de la Historia y de la Sociedad Geográfica del País. Vulgo: El Miñano.
 
Nos la sitúa en Burgos, partido de Castilla la Vieja en Laredo, corregimiento de Villarcayo, Valle de Manzanedo. Dice que tenía 7 vecinos y 35 habitantes; que distaba 13 leguas de la capital; y que contribuía con el Valle. Tiene un corregidor pedaneo que depende del de Manzanedo.
 
Según en Madoz (siglo XIX, el "Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España" de Pascual Madoz), imprescindible para conocer el siglo XIX, Peñalba de Manzanedo estaba en la provincia, diócesis, audiencia territorial de Burgos (a 13 leguas), perteneciente al partido judicial de Villarcayo y ayuntamiento denominado del Valle de Manzanedo. Está situada en una pequeña altura y rodeado de monte escabroso; el Clima es templado; reinan comúnmente los vientos N. y E. y las enfermedades dominantes son los constipados y dolores de cabeza. Tiene 8 Casas; una fuente de abundantes y buenas aguas; una iglesia parroquial matriz (la Asunción) y un cementerio unido a la misma, de la cual es aneja la del pueblo de Consortes, y sirven su culto un cura párroco y un sacristán.
 
El término linda: al norte Villasopliz; al este Cueva; al sur San Miguel, y al oeste Consortes. En el monte llamado Casas se encuentran vestigios que indican haber existido allí algún pueblo, llamando particularmente la atención la multitud de sepulcros que se descubren de una sola piedra bien labrada y los mas con epitafios, cuyos caracteres no se distinguen por estar gastados á causa de su mucha antigüedad. Esta aseveración del Madoz es reiterada por Basilio Osaba y Ruiz de Erenchun en “Poblados, Monasterios y Castillos desaparecidos en la provincia de Burgos”.
 
El terreno es secano y de mediana calidad, pasando por él un riachuelo muy poco caudaloso conocido con el nombre de Trifón. En este terreno se encuentran también varias canteras de piedra bastante buena y diferentes montes poblados de encinas y carrascos de robles. Caminos: los de pueblo a pueblo. La correspondencia se recibe de la capital del partido. Las producciones son trigo, cebada, avena y legumbres; cría ganado lanar, cabrío, de cerda y mular para la arriería. Su industria es la agrícola. Población: 6 vecinos, 23 almas. Capacidad Productiva: 60,600 rs. IMP. : 6,032.
 
El Indicador general de la industria y el comercio de Burgos (1894) no relata que tenía 75 habitantes (no separa entre vecinos y almas) y que está a 2`7 km. de Manzanedo, la capital del valle y ayuntamiento con 1135 habitantes. “Manzanedo city” era gobernado ese año por el Alcalde Miguel Fernández González. El juez municipal era Manuel González González y el fiscal: Tomás de la Hera Peña.
 
No nos consta el párroco ni el maestro pero si quedaron reflejados otros oficios que servían tanto a este pueblo como a sus pedanías:
  • Carpintero: González García, José.
  • Herrero: Ruiz y Ruiz, Pablo.
  • Practicante: Mata y Peña, Félix.
  • Vinos y licores: Sainz y Sainz, Sebastián.
En 1951 vivían en Peñalba 54 personas con doce viviendas y nueve edificios de otros usos.
 
 

Casa de Peñalba. Entrada actual al pueblo
(antes era el "final" de la población)
 
En 2013 estaban empadronados dos mujeres y un hombre (INE).
 
Bibliografía.
Becerro de las Behetrías (1352)
Donación solar a monasterio de Rioseco (1375)
El Monasterio cisterciense de Santa María de Rioseco (Valle de Manzanedo-Villarcayo). Historia y cartulario. Inocencio Cadiñanos Bardecí.
Catastro del Marqués de la Ensenada.
“Diccionario Geográfico-estadístico de España y Portugal”. Sebastián de Miñano y Bedoya
"Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España" de Pascual Madoz
'Nomenclator de las ciudades, villas, lugares, aldeas y demás entidades de población de España'
Instituto Nacional de Estadística.
Relojes de Sol de la Diócesis de Burgos. Pedro J. Novella
 
Quiero dedicar esta entrada a Juana de Valderredible que celebra hoy su cumpleaños, 84 años, y a varios vecinos de este humilde pueblo de Peñalba de Manzanedo, a saber: Isabelo, Soledad, Elías y un recuerdo a Petra.

2 comentarios:

  1. Muy interesante. Desgraciadamente, el pueblo no aparece en el Censo de los Millones del siglo XVI, con lo que resulta imposible conocer la evolución demográfica hasta ese exiguo vecindario a finales del XVIII. El censo es muy parco con algunas zonas de Las Merindades, al contrario de lo prolijo que suele ser en general. Dice que, entre Castilla la Vieja, Sotoscueva, Valdeporres, "Alhoz" de Arreba, Valdebodres, Montija, Montija y Valdivielso, se alcanzan los 3621 "vecinos", es decir, 3621 hogares a pagar impuestos (que era el objetivo explícito del censo). Una población nada desdeñable para la época. Y añade que en Cuesta Urria y "Allende Jerea", 444 hogares. Aquí si detalla los pueblos.

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    1. Muchas gracias, Terra Cantabrorum, por tu comentario que complementa perféctamente la entrada.

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